“Una joya está entre los mejores regalos que
le puedes hacer a una persona. Quien compra una joya transmite también un
mensaje de amor, sin olvidarnos del valor intrínseco del regalo en sí. Estás
regalando belleza, que siempre es bien recibida.”
Marquesa de San Eduardo
Calidad, diseño, exclusividad y atención personalizada son los signos
distintivos de la joyería San Eduardo. Tres pilares sobre los que se ha
construido un liderazgo afianzado a lo largo del tiempo, logrando crear un
estilo propio que le diferencia y hace únicos. Precisamente esa diferencia
radica en su servicio personalizado de asesoría a sus clientes y amigos.
Un ambiente distendido y agradable, de diálogo y
ensoñación, hace posible la materialización de cualquier deseo. San Eduardo atiende
cualquier petición (si es factible) porque son vocacionalmente joyeros. Además,
conciben la joya en sus dos vertientes, la que tiene que ver con el valor intrinseco
y con el sentimental.
San Eduardo hace una apuesta clara por joyas que se
usen en el día a día y no de forma excepcional, y por ofrecer a sus clientes
las últimas tendencias en joyería. Para ello, recorre el mundo entero,
descubriendo orfebres y talleres, seleccionando diseños y piedras preciosas que
llamen la atención, que gusten y sorprendan,
manufacturando en talleres de Italia y España, sin
descartar ningún otro país que pase su control de calidad.
La oferta de San Eduardo abarca los materiales más
selectos y más valorados en la alta joyería. Sabe reconocer la calidad de
incluso la más pequeña de las gemas para así ofrecer a sus clientes las mejores
piezas. Es amante de lo sencillo y puro. También, de las complicaciones y la
sofisticación. Siente pasión por la sutileza, por la estética
vanguardista y por la más exquisita artesanía. Un buen diseño y la mejor
materia prima posible son los puntos de partida de cada una de sus creaciones.
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