Un nuevo espacio



La última reforma de la joyería San Eduardo refleja el carácter renovador de la firma.

La famosa interiorista Olga López de Vera fue la elegida para ser la artífice del cambio y el resultado ha sido una transformación estética completa.

Ante el cliente que cruza la puerta de la San Eduardo se le aparecen dos ambientes diferenciados. El primero, presidido por una mesa majestuosa, es un espacio que, más que de venta, es de reunión y disfrute de las joyas de una manera informal y cercana, acorde con la filosofía de esta prestigiosa familia de joyeros. Más recogida e íntima se presenta una segunda zona. Un pequeño sofá, una mesa y una pantalla, oculta tras una pared de espejos con palillería negra, crean la atmósfera adecuada para mostrar todas las piezas de forma más privada. Dos espacios, dos maneras de presentar el lujo.

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