jueves, 29 de noviembre de 2012

Un tándem perfecto


Si hay algo que prevalece por encima de todo en San Eduardo Joyeros es el espíritu familiar. No en balde, son una madre y un hijo los que comparten cada mañana tareas, responsabilidades e ilusiones. La marquesa de San Eduardo y Miguel Mas capitanean un proyecto lleno de retos profesionales y de metas por alcanzar. Un proyecto que crece gracias a su buen hacer dentro de un sector tan exigente como es el de la alta joyería, donde la competencia te obliga a superarte día a día. Y ellos lo hacen. Se reinventan, crecen, lanzan su mirada al futuro.

La Marquesa, alma máter del sello San Eduardo, es el paradigma de gran mujer apasionada por su trabajo. Con tesón, logró crear de la nada una excepcional marca de joyería que se hizo rápidamente un hueco entre las más grandes. Exigente, detallista y con un gran sentido de la estética destaca por su estilo clásico con gotas de innovación. Considera el saber llevar joyas todo un arte que requiere elegancia y personalidad. Su hijo Miguel Mas aporta juventud, creatividad y ganas por mantener el distintivo de calidad de la firma. Un buen día decidió poner su talento al servicio del negocio materno y continúa desarrollando esa tarea con dedicación y perseverancia.

El motor de las vidas de la Marquesa de San Eduardo y su hijo siempre ha sido la pasión por lo que hacen, un entusiasmo que han tratado de contagiar a los que están a su lado. Por eso, están rodeados de un elenco de profesionales de altísima talla, implicados desde el principio en una aventura empresarial cuya máxima es: alcanzar la excelencia.

www.saneduardojoyeros.com

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