El amor es desvelo, celo, entrega, querencia, pasión. El amor es una de las fuerzas más importantes de la vida. Uno de los sentimientos más intensos del ser humano. De ahí, toda la atención que merece y el esmero del que tiene que ser objeto. El amor tiene muchos nombres y muchas caras. Hay amores platónicos y fraternales, por compasión y desinteresados, existen juramentos de amor eterno y amores imposibles. Los hay caprichosos, fugaces y equivocados.
El amor es una de esas pocas cosas universales. Un afecto que nos ciega, que incluso nos llega a transformar en quien no somos y que no atiende a razones. Es el motor que nos da el impulso necesario para afrontar el peor de los trances y una receta contra la soledad. Es uno de los sentimientos más bonitos que posee el hombre porque es inasequible al desaliento.
El amor no es algo que queramos sentir, lo sentimos sin más. No se puede comprar, ni robar ni calcular. Se puede demostrar de mil maneras, pronunciando las palabras más bellas del mundo, con una lluvia de besos maravillosa o con un objeto que dure toda la eternidad... ¿Se te ocurre cuál?
Continuará
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