Es tiempo de cartas y sueños, de deseos que se verán cumplidos o no. De avivar la ilusión de los niños y también de los adultos. Porque los mayores también necesitan insuflar grandes dosis de fantasía en su realidad diaria. Se acerca la noche más mágica del año y San Eduardo quiere que cierres los ojos y eches a volar la imaginación, que escribas una carta a los Reyes Magos con la ilusión que lo hacías cuando eras pequeño......
Nosotros ya hemos escrito la nuestra pensando en ti y contiene una petición muy especial: un regalo eterno que dure toda una vida. Que te acompañe en tus momentos de felicidad y también en los de pesadumbre. En las citas más trascendentales y en los tiempos jubilosos. Algo que conservará intacta la belleza del primer día, que significará algo importante, que al mirarlo reflejará toda la alegría y emoción que viviste el día que te lo regalaron.
Algo en lo que perdure la esencia de amor o de amistad sincera que supuso su regalo, que no tenga un estilo sino todos, que trascienda las modas y que provoque tu sonrisa cada vez que lo veas. Un objeto que tenga alma, que evidencie complejidad y sencillez al tiempo, que encandile por sus colores y sus curvaturas, que nos haga pensar en la nada y en el todo. Que tenga su propia historia.
Solo hay algo así: una joya.
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